China y el reconocimiento facial forman ya una pareja difícil de romper. El país asiático se caracteriza por no darle mucha importancia a la privacidad de sus ciudadanos, algo que pudimos ver con el uso que le da a las cámaras de los teléfonos móviles y smart TVs.
El reconocimiento facial está ya inmerso en muchos sectores de la sociedad china, aunque parece que aún quedaba uno muy importante. “Nunca es tarde si la dicha es buena”, pensarán en los bancos de China, que han comenzado a estudiar los rostros de los prestatarios para saber si pueden fiarse de ellos.
Movimientos faciales como prueba de fuego
Los bancos chinos han querido aprovecharse también de las ventajas del reconocimiento facial en las últimas semanas. Según informa Financial Times, los bancos del país ya utilizan una tecnología especializada en analizar los movimientos faciales de los clientes que van a pedir préstamos para saber si pagarán en el futuro.
Los bancos chinos han querido aprovecharse también de las ventajas del reconocimiento facial en las últimas semanas. Según informa Financial Times, los bancos del país ya utilizan una tecnología especializada en analizar los movimientos faciales de los clientes que van a pedir préstamos para saber si pagarán en el futuro.
El objetivo, obviamente, es reconocer si el cliente está diciendo la verdad cuando explica las razones por las que pide un préstamo en el banco. Los responsables no quieren fraudes de ningún tipo y para evitarlos tendrán como aliadas a las cámaras de los smartphones.
Aquí entra en juego Ping An, el conglomerado de servicios financieros que ha querido acabar con las mentiras usando la tecnología. Este ha sido el grupo encargado de desarrollar el sistema tecnológico que escanea los micromovimientos faciales de los prestatarios para evaluar su fiabilidad.
El uso de esta tecnología permitirá ver todos los tics nerviosos de los clientes y saber si están mintiendo o diciendo la verdad. El sistema creado por Ping An es capaz de analizar hasta 54 movimientos faciales, todos breves e involuntarios.
Nuestro cuerpo tiende a hacer expresiones inconscientemente antes de que el cerebro pueda controlar los movimientos faciales. Esas expresiones revelan más información de la que quisiéramos, como por ejemplo un parpadeo rápido o el desplazamiento en poco más de un segundo de los globos oculares hacia adelante o atrás.
La fiabilidad parece no ser problema para esta tecnología de Ping An, ya que supuestamente actúa con una precisión del 99,8%, lo que supondría una reducción muy importante en las pérdidas económicas de los bancos chinos. Así lo ha confirmado Lee Yuansiong, uno de los directivos de la compañía:
“Utilizamos tecnología de reconocimiento de microexpresión para revisar las solicitudes de préstamo. Esta captura cambios sutiles en las expresiones faciales de los clientes que ayudan a identificar y prevenir los riesgos de fraude. Hemos reducido las pérdidas de crédito en un 60% con esta tecnología. Es más precisa que otros enfoques para la detección de fraudes” apuntó
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