Son miles de personas que están huyendo de sus países para escapar de la pobreza, la violencia o las terribles condiciones de vida y están intentando llegar a los ricos países del norte.
La de estas personas, sin embargo, no es una caravana con destino a Estados Unidos, como las de los centroamericanos que en estos momentos atraviesan México.
Esta otra caravana "olvidada" está formada por miles de migrantes procedentes de Asia y el norte de África que intentan llegar a Europa.
Pero su trayecto ha quedado detenido en Bosnia y Herzegovina, después de que se les impidió cruzar la frontera hacia Croacia.
Bosnia y Herzegovina se ha convertido en etapa de una nueva ruta de migrantes hacia Europa después de que la ruta de los Balcanes occidentales, que los llevaba hacia Austria a través de Macedonia, Serbia y Hungría, fue clausurada en 2016 por los líderes europeos.
Tal como le dijo a BBC Mundo Neven Crvenković, portavoz de la representación regional del Sureste de Europa del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados (ACNUR), esta año han llegado a Bosnia y Herzegovina 20.000 migrantes procedentes principalmente de Afganistán, Pakistán, Bangladesh, Irán y Marruecos intentando cruzar hacia el norte de Europa.
"El año pasado, como comparación, llegaron a este país 755 migrantes que intentaban llegar a Europa", dice Crvenković.
Crisis
Bosnia, sin embargo, está experimentando una profunda crisis económica, después de que no ha logrado recuperarse de los años de guerra en el país que dejaron a cientos de miles de desplazados internos.
Y ante las dificultades de albergar a los migrantes, muchos de ellos estuvieron acampando cerca de la frontera, en poblados como Bihac y Velika Kladusa, en el cantón de Una-Sana, intentando cruzar hacia Croacia, la primera frontera de la Unión Europea.
Hace unas semanas hubo informes de que los migrantes, que exigían cruzar hacia Croacia, habían experimentado el rechazo violento de la policía croata y algunos sufrieron lesiones en el enfrentamiento.
Según la agencia Reuters, el 24 de octubre cientos de migrantes intentaron romper el cordón de la policía croata que les impedía el paso por la frontera, y después de que lanzaron piedras a la policía ésta respondió disparando gases lacrimógenos y utilizando bastones para golpearlos.
El primer ministro croata Andrej Plenkovic anunció entonces el despliegue de refuerzos en la zona.
"La policía croata protegerá la frontera, pero al mismo tiempo respetará totalmente las leyes internacionales, humanitarias y las nuestras", dijo.
En efecto, la frontera de Croacia, país que espera pronto unirse al espacio Schengen de la UE, permanece fuertemente vigilada. Se dice que unos 6.300 policías controlan la línea fronteriza.
Después del enfrentamiento muchos de los migrantes permanecieron acampando durante semanas en parques públicos.
La situación ahora en el área está en calma, pero ante la inminente llegada del invierno han surgido temores por la falta de albergues adecuados.
Tal como explica Neven Crvenković, del ACNUR, "actualmente se ha logrado albergar a unos 300 migrantes en instalaciones en Bihać y Velika Kladuša en el críticamente afectado cantón de Una-Sana en el norte de Bosnia y Herzegovina, junto a la frontera de Croacia".
Los albergues fueron posibles gracias a la ayuda de empresarios locales.
"La situación en el lugar está en calma, ya no hay hay migrantes acampanado cerca de la frontera en el exterior", señala el portavoz del ACNUR.
Pero lo más probable es que una vez que pase el invierno y mejoren las condiciones del clima los migrantes continuarán su trayecto, agrega.
Hasta ahora Bosnia y Herzegovina ha recibido 1.300 solicitudes de asilo en el país, lo cual indica que la mayoría de las personas que migran no intentan quedarse.
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