China ve a Taiwán como una provincia separatista que, tarde o temprano, se reunificará al país continental.
Aunque muchos taiwaneses insisten en que quieren mantenerse independientes, Pekín insiste en que ambos pueblos pertenecen a la misma familia china y que la independencia de Taiwán es un "callejón sin salida".
La disputa entre China y la que considera como "isla rebelde" amenaza con convertirse en un enfrentamiento violento con profundas implicaciones internacionales.
¿Cuál es la historia y la fuente de la tensión?
Los primeros que se asentaron en Taiwán fueron pueblos de las tribus austronesias, procedentes de Oceanía, el sureste asiático y partes de lo que es hoy el sur de China.
La isla quedó registrada por primera vez en los archivos chinos en 232 A.D., cuando China envió una fuerza expedicionaria a explorar el lugar. Este es un hecho que Pekín cita para respaldar sus reclamos territoriales.
Después de ser colonia holandesa por un tiempo breve (1624-1661), Taiwán fue indiscutidamente administrada por la dinastía Qing de1883 a 1895.
Desde principios del siglo XVII, un importante número de migrantes empezaron a llegar a Taiwán desde China, muchos escapando de la agitación política o la penuria.
La mayoría eran chinos hoklo, procedentes de la provincia de Fujian, o chinos hakka, provenientes de Guangdong. Los descendientes de estas dos olas migratorias conforman la mayor parte de la población actual.
En 1895, después de la victoria de Japón en la primera guerra chino-japonesa, el gobierno Qing no tuvo más opción que ceder Taiwán a Japón.
Pero, después de rotunda derrota en la Segunda Guerra Mundial, Japón tuvo que renunciar al control de todos los territorios que había ocupado en China.
La entonces República de China, uno de los países vencedores en esa guerra, empezó a gobernar Taiwán con el consentimiento de los aliados Estados Unidos y Reino Unido.
Sin embargo, la guerra civil de China, que se había iniciado en 1927, continuó y, pocos años más tarde, las tropas del gobierno de Chiang Kai-shek fueron derrotadas por las fuerzas comunistas bajo Mao Tse Tung.
Chiang y lo que quedaba de su gobierno nacionalista Kuomintang (KMT) se refugió en Taiwán en 1949.
Este grupo personas que referían como chinos continentales y que contaba con cerca de un millón y medio de personas dominó la política taiwanesa durante muchos años, aunque sólo representaban al 14% de la población.
El hijo de Chiang, Chiang Ching-kuo, heredó el poder, efectivamente una dictadura que enfrentaba la resistencia del pueblo local, resentidos por la masacre 2.28 (en el que miles de civiles murieron a partir de febrero 28 de 1947, fecha que da el nombre a la matanza) y el régimen autoritario.
Bajo presión de movimientos prodemocráticos, Chiang Ching-kuo permitió el inicio de un proceso de democratización que, al final, condujo a los comicios de 2000 y la primera elección de un presidente por fuera del KMT, Chen Shui-bian.
¿En qué estado se encuentran las relaciones ahora?
Después de décadas de retórica hostil, China y Taiwán empezaron a tender lazos en los años 80.
China postuló la fórmula conocida como "un país, dos sistemas", bajo el cual Taiwán podría ejercer una autonomía significativa si aceptaba la reunificación con China.
La oferta fue rechazada, pero Taiwán relajó las restricciones de visitas e inversiones en China. También, en 1991, proclamó el fin de la guerra con la República Popular China.
También hubo breves conversaciones entre ambas partes a través de representantes extraoficiales, aunque la insistencia de Pekín en que la República de China en Taiwán es ilegítima no permitió contacto de gobierno a gobierno.
La elección de Chen Shui-ban como presidente de Taiwán en 2000 alarmó a Pekín, pues abiertamente apoyaba la independencia.
Chen fue reelegido en 2004, lo que motivó a China a aprobar la llamada ley antisecesión en 2005, que declara el derecho de China a recurrir a "medidas no pacíficas" contra Taiwán si intentaba separarse de China Continental.
En 2008, Ma Ying-jeou fue elegido presidente. Él buscó mejorar las relaciones, particularmente a través de convenios económicos.
Ma gobernó durante dos períodos pero la constitución de Taiwán lo inhabilitó para un tercer mandato y, en enero de ese año, Tsia Ing-wen derrotó al candidato del KMT, Eric Chu.
Tsai lidera el Partido Democrático Progresivo (DPP), que se inclina hacia la independencia de China.
Después de que Donald Trump ganara las elecciones de 2016 en Estados Unidos, Tsai conversó telefónicamente con el presidente electo, revirtiendo una política estadounidense que se había establecido desde 1979, cuando las relaciones entre ambos países se cortaron.
A lo largo de 2018, China aplicó más presión sobre las empresas internacionales, forzándolas a incorporar a Taiwán como parte de China en sus páginas en internet.
De lo contrario China las amenazaba con bloquear sus intenciones comerciales en el gigante asiático.
Este noviembre, el partido político de Tsai sostuvo graves reveses en las elecciones regionales, lo que se interpretó en Pekín como un golpe a su postura separatista.
¿Cuál, entonces, es el estatus de Taiwán?
Hay confusión y desacuerdo sobre lo que Taiwán es en realidad y cómo debe llamarse.
El gobierno de la República de China (RDC) bajo Chiang Kai-shek, que huyó a Taiwán en 1949, declaró en un comienzo que representaba a toda China y que tenía la intención de retomar todo el territorio de nuevo.
Esta república ocupó una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU y fue reconocida por muchas naciones occidentales como el único gobierno de China.
No obstante, en 1971, la ONU transfirió el reconocimiento diplomático a Pekín y el gobierno de la RDC fue expulsado. Desde entonces, el número de países que reconoce diplomáticamente a la RDC ha caído a unos 20.
China considera a Taiwán como una provincia separatista y está comprometida con la reunificación, por la fuerza si es necesario. Pero el liderazgo taiwanés asegura que es mucho más que una provincia, arguyendo que es un estado soberano.
Tiene su propia constitución, líderes democráticamente electos y unas 300.000 tropas en sus fuerzas armadas.
Dada la gran brecha entre estas dos posturas, la mayoría de los países parecen contentarse con aceptar la actual ambigüedad. Así que Taiwán posee la mayoría de las características de un estado independiente, aunque su estatus legal sigue siendo confuso.
¿Qué tan significativa es la independencia en Taiwán?
Aunque se ha logrado poco progreso político, los vínculos entre ambos pueblos y sus economías han crecido.
Las empresas taiwanesas han invertido unos US$60.000 millones en China, y hasta un millón de taiwaneses viven en la nación continental, muchos dirigiendo fábricas taiwanesas.
Algunos se preocupan por que la economía de Taiwán depende completamente de China ahora. Otros, sin embargo, señalan que las estrechas relaciones comerciales dificultarían cualquier acción militar de Pekín por el daño que le haría a la economía de China.
Un polémico acuerdo comercial generó el "Movimiento Girasol" en 2014, cuando unos estudiantes y activistas ocuparon el Parlamento de Taiwán protestando por lo que consideran como creciente influencia china en Taiwán.
Oficialmente, el Partido Democrático Progresivo (DPP) todavía favorece una independencia para Taiwán, mientras que el KMT se inclina por la reunificación.
Los sondeos de opinión muestran que sólo una pequeña minoría de taiwaneses apoyan una u otra opción por el momento, con la mayoría prefiriendo el actual estatus intermedio.
Sin embargo, cada vez más personas dicen sentirse taiwanesas en vez de chinas. El apoyo al DPP aumentó en las elecciones de enero de 2016. Esto fue en parte por la insatisfacción con el manejo de la economía por parte del KMT, la brecha entre ricos y pobres y los precios de la vivienda.
También porque se temía que el gobierno de Ma Ying-jeou hacía que Taiwán fuera demasiado dependiente de China.
¿Que aliados tiene Taiwán?
Estados Unidos es por mucho el amigo más importante de Taiwán y su único aliado.
La relación, forjada durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, atravesó su período más difícil en 1979, cuando el presidente Jimmy Carter terminó el reconocimiento diplomático de Washington a Taiwán para concentrarse en los crecientes vínculos con China.
En respuesta, el Congreso de EE.UU. aprobó el Acta de Relaciones con Taiwán, mediante la cual prometía suministrar armas defensivas a Taiwán, resaltando que cualquier ataque de China sería de "grave preocupación" para EE.UU.
Desde entonces, la política de EE.UU. ha sido descrita como de "ambigüedad estratégica", en busca de equilibrar el surgimiento de China como potencial regional con la admiración a Taiwán por su éxito económico y democratización.
El papel crucial de EE.UU. quedó claramente demostrado en 1996, cuando China realizó unas pruebas de misiles para intentar influir en las primeras elecciones presidenciales directas.
En respuesta, el entonces presidente Bill Clinton, ordenó el mayor despliegue militar de EE.UU. en Asia desde la Guerra de Vietnam, enviando buques al estrecho de Taiwán y un claro mensaje a Pekín.
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