A pesar de tener solo siete médicos por cada 100.000 habitantes, Senegal se ha ganado no pocos elogios por su manejo de la pandemia de coronavirus. Mayeni Jones y Naomi Scherbel-Ball, de la BBC, analizan cómo este país africano logró mantener a raya a la covid-19.
"Cuando llegó el primer caso, estábamos muy ansiosos y yo me enojé porque era un caso importado", cuenta la doctora Khardiata Diallo, quien coordina el centro de tratamiento epidémico del Hospital Fann en la capital, Dakar.
"Nos preocupaba la falta de
equipamiento para tratar el coronavirus, había solo 12 camas con
suministro limitado de oxígeno para todo el país".
Eso fue a finales de febrero,
cuando un ciudadano francés regresó a Dakar, después de unas vacaciones en un
centro de esquí, con fiebre, dolor de garganta y dolor de cabeza.
Fue el primer caso de covid-19 en
Senegal y el segundo caso reportado en África subsahariana.
Diallo, que formó parte del
equipo que trató el único caso de ébola del país durante el brote que afectó a
África occidental en 2014 y tiene experiencia en brotes de cólera en los
últimos 15 años, sabía que debían actuar rápido para contener
la pandemia.
Tests gratuitos las
24 horas
Sus colegas del prestigioso
Instituto Pasteur de Dakar, que en febrero fue uno de los dos laboratorios de
África que podían realizar pruebas de coronavirus, capacitaron a
personal de decenas de otros países sobre cómo realizar las pruebas.
En abril, 43 países del
continente africano podían diagnosticar covid-19 de manera efectiva.
Hoy en día, el laboratorio en
Dakar funciona las 24 horas y las pruebas se han extendido por
todo el país.
Los tests para aquellos que
tienen síntomas son gratuitos y los resultados se obtienen en ocho horas.
Si bien ha habido preocupaciones
sobre el bajo número de pruebas en todo el continente, el Centro Africano para
el Control de Enfermedades está apoyando a los países para aumentar los niveles
de testeo y hay esperanzas de que los kits de diagnóstico baratos puedan
ayudar.
El Instituto Pasteur ha sido
crucial en este esfuerzo, ya que su virólogo jefe, Amadou Sall, se asoció con
la firma británica Mologic para desarrollar dos kits de prueba caseros:
Uno para probar si
alguien tiene el virus actualmente, similar a las pruebas PCR de laboratorio
El otro para
comprobar si alguien ha desarrollado anticuerpos contra el coronavirus de una
infección anterior
La fabricación de la prueba de
anticuerpos ya comenzó y deberían lanzarse en las próximas semanas, explica
Sall.
Funcionará como un test de
embarazo, con un costo cercano a US$1 y con resultados en solo 10 minutos.
Mientras, la prueba para
determinar si alguien tiene coronavirus se ha retrasado y está siendo validada
por la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, pero hay esperanzas de que
aún esté disponible antes de fin de año.
Un mayor nivel de pruebas también
deberían ayudar a realizar diagnósticos tempranos.
Ibrahima Diop, de 29 años y quien trabaja en un call
center en Dakar, se enfermó en abril y fue tratado inicialmente por
malaria.
Ante la insistencia de su madre, quien
trabajaba en un hospital, fue a que le hicieron la prueba y le diagnosticaron
coronavirus, junto con 60 de sus colegas. Recibió rápidamente tratamiento y fue
dado de alta del hospital en una semana.
Su caso mostró la necesidad de que las
personas se realicen pruebas en un país donde los
síntomas pueden confundirse fácilmente con la malaria, algo que las
autoridades han enfatizado durante sus sesiones informativas televisadas
diariamente sobre el coronavirus.
Cantar para combatir el virus
Un índice de respuesta global a la covid-19
de la revista Foreign Policy otorgó a Senegal la puntuación más alta
posible por su estrategia de comunicación,
a la que se unieron los mejores músicos del país para informar a la gente.
En abril, se juntaron para lanzar Daan
Corona, que significa "Derrotar al coronavirus" en wolof, el idioma
local.
En la canción, el famoso músico senegalés
Youssou Ndour pide a la gente que se quede en casa y se lave las manos.
También hay coloridos murales en
la universidad más antigua de Senegal que muestra a los estudiantes las
técnicas adecuadas para evitar la transmisión del coronavirus.
En algunas áreas se
instalaron lavabos públicos para que la población pueda
lavarse las manos.
En los primeros días de la
pandemia, se implementaron otras medidas preventivas, incluida la declaración
del estado de emergencia, el cierre total de las escuelas y un toque de queda
nocturno.
Los restaurantes, supermercados y
bancos se apresuraron a introducir controles de temperatura en sus entradas.
Si bien algunas de esas medidas
fueron levantadas, en las calles de Dakar las mascarillas siguen siendo
obligatorias, una regla que se introdujo ya en abril.
Hoy en día, las 14 regiones de
Senegal están equipadas para tratar a pacientes con coronavirus.
En la sala para los enfermos
graves de coronavirus del Hospital Fann de Dakar, Oumar Kane monitorea a su
último paciente con coronavirus que depende de un respirador.
El hombre de 58 años ha sido
tratado allí durante poco más de una semana, y es diabético.
Para minimizar el contacto, las
cámaras de la sala se conectan a una pantalla fuera.
Pero en marzo, cuando los casos en Senegal comenzaron a
aumentar, el doctor Kane recuerda una situación muy diferente.
"El problema era que solo teníamos 10
camas con respiradores y había momentos en que recibíamos llamadas pidiendo una
cama pero no podíamos recibir al paciente", recuerda.
"Esa demanda continuó durante unas tres
semanas, hasta que se equiparon otros hospitales".
El número de casos diarios registrados ha ido
disminuyendo desde mediados de agosto.
Senegal, que tiene una población de 16
millones de personas, solo había registrado hasta esta semana 15.000 casos positivos y poco más de 300 muertes.
Su estrategia para contener el virus se ha
adaptado y muchos pacientes con síntomas leves ahora son
tratados en casa, con personal médico monitoreando su estado de forma
remota desde el hospital y entregando medicamentos.
El desafío de la peregrinación musulmana
Cuando los vuelos internacionales reabrieron
en julio, existía la preocupación de que hubiera un aumento en los casos.
Senegal, como muchos otros países africanos,
ha pedido a los visitantes que presenten una prueba
negativa fechada no más de una semana antes del viaje.
A su llegada, se toma la temperatura de los
pasajeros.
Estas medidas parecen haber
funcionado, como muestra el bajo número de casos importados.
Se espera que esta semana cuatro
millones de personas asistan a la fiesta anual más grande del país, el Grand
Magal de Touba.
Es una peregrinación histórica a
Touba, que se encuentra a 190 km al este de Dakar y es el hogar espiritual de
la hermandad musulmana Mouride.
Los peregrinos hacen cola durante
horas en las calles de la ciudad para llegar a la Gran Mezquita y al mausoleo
del fundador de la hermandad.
Si bien los carteles alrededor de
la capital muestran al líder de la comunidad pidiendo a sus seguidores que usen
mascarillas, reunir a un número tan grande de fieles en un solo lugar será una
prueba crucial cuando el país busca mantener el progreso logrado.
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