Las enfermedades de las encías son relativamente frecuentes en la población. Debido a su constante exposición a bacterias, este tejido blando puede resultar afectado por problemas inflamatorios e infecciosos. Entre estos, la piorrea se ha convertido en uno de los más relevantes, sobre todo por las complicaciones que acarrea. ¿En qué consiste? ¿Cómo se trata?
La piorrea es una complicación de la enfermedad periodontal crónica, mejor conocida como periodontitis. Tiene lugar cuando los huesos y ligamentos que sostienen los dientes se infectan debido a la
proliferación de bacterias. Según información publicada por la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración, esta condición afecta a un 25 % de los adultos entre 35 y 44 años. Además, su incidencia aumenta a partir de los 65 años.La piorrea es una enfermedad
periodontal ocasionada por la acumulación de placa dental derivada de una mala higiene dental.
Se manifiesta a través de la inflamación y el sangrado de las encías y afecta,
además, a los tejidos de soporte del diente, produciendo retracción gingival y
la aparición de espacios interdentales.
Se caracteriza por la
infección severa de los ligamentos o tejidos cercanos al diente y se considera
peligrosa, pues no suele causar síntomas hasta generar graves complicaciones de
salud oral.
Causas de la piorrea
La causa principal de la piorrea es la proliferación
excesiva de bacterias en el tejido oral. Esto, a su vez, está
asociado con una mala higiene bucodental, el mal uso del cepillo de dientes, la
exposición constante al estrés y el tabaquismo. Incluso, los factores genéticos
y las anomalías anatómicas inciden en su aparición.
Ahora bien, cabe destacar
que la piorrea es la consecuencia de una gingivitis que no se ha tratado a
tiempo. Esta inflamación de las encías, aunque es indolora al principio, es la
causa principal de los sangrados de encías durante el cepillado. Otros factores
relacionados con su aparición son los siguientes:
Ingesta de medicamentos que provocan sequedad en la boca
o cambios en las encías.
Deficiencia de vitaminas B y C.
Uso de drogas recreativas, como fumar marihuana o vapear.
Cambios hormonales, como los que ocurren durante el embarazo o en la menopausia.
Enfermedades del sistema inmunitario.
Otras enfermedades crónicas, como la diabetes y la
osteoporosis.
Una de las cosas que más
preocupa de la piorrea es la ausencia de síntomas en ciertos casos. Si bien la
mayoría de las personas afectadas han tenido alguna manifestación previa de
gingivitis, no siempre es así. Hay quienes no presentan molestia alguna hasta que se detona una
complicación grave. Además, algunos confunden el sangrado
con lesiones causadas por el cepillo dental.
En cualquier caso, es
conveniente estar alertas ante ciertos signos característicos de esta
condición. Los más frecuentes abarcan lo siguiente:
Encías sangrantes
Inflamación y enrojecimiento de las encías.
Dificultades o molestias al masticar los alimentos.
Mal aliento (halitosis).
Las piezas dentales se sienten móviles.
Aparición de espacios interdentales.
Retracción de las encías.
Sensibilidad dental a los cambios de temperatura.
Los dientes no encajan igual al masticar.
La presencia de esta
sintomatología indica que los tejidos de las encías se están deteriorando. En
casos graves, cuando no hay una intervención adecuada, puede conducir a la pérdida de los dientes. Por eso, es
primordial consultar al profesional en periodoncia y acceder a un tratamiento.
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boca?
La elección del tratamiento
contra la piorrea se realiza considerando su nivel de severidad. En general, está clasificada en leve,
moderada o grave. Debe ser un profesional de la salud oral
quien determine el grado de afectación y las opciones terapéuticas.
Dadas las complicaciones que
acarrea, cabe destacar que no hay remedios caseros que puedan aliviar esta
afección. Para detener el deterioro de los tejidos afectados es necesario
mejorar los hábitos de higiene y seguir el tratamiento médico recetado.
Higiene
Sin lugar a dudas, la
primera medida para prevenir y tratar la piorrea es asegurar una adecuada higiene dental. Esto
implica un correcto cepillado de los dientes varias veces al día, además del
uso de hilo dental y otros productos de limpieza complementarios.
En la actualidad, compañías
como Laboratorios KIN ofrecen una amplia gama de productos que sirven como
coadyuvantes para el tratamiento de la gingivitis y la enfermedad periodontal.
Opciones como los enjuagues bucales de uso diario o el gel bucal con ácido hialurónico
para encías ayudan a dar un extra de protección a la boca.
Ambos productos tienen
componentes que ayudan a detener el crecimiento excesivo de bacterias y la
formación de placa dental. Asimismo, fortalecen los tejidos lesionados y contribuyen a su recuperación.
Tratamiento periodontal básico
En la mayoría de los casos,
las personas con piorrea mejoran su condición tras recibir un tratamiento
periodontal básico. Este debe complementar la higiene oral, pues abarca
procedimientos que ayudan a eliminar las
bacterias acumuladas en la superficie dental y zonas cercanas. ¿Cómo
se lleva a cabo?
En primer lugar, se intervienen las zonas afectadas
mediante el raspado y el alisado radicular.
Luego, el profesional sugiere la toma de antibióticos para complementar la
intervención. La elección entre una opción u otra depende del tipo de bacterias
que hay en los dientes.
Cirugía periodontal
Cuando la piorrea está
demasiado avanzada, el tratamiento básico no es suficiente. De ser así, el periodoncista
sugiere una intervención conocida como cirugía periodontal. Esta consiste en acceder a las bolsas
periodontales profundas, donde están localizados los
agentes patógenos.
Si la infección ya ha
causado una destrucción significativa del tejido y el hueso, será necesario
aplicar otras técnicas como la regeneración tisular guiada.
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enfermedad periodontal
La piorrea tiende a reaparecer
Tras realizar un tratamiento
para la piorrea es necesario hacer un seguimiento de la enfermedad. Y es que, si no se tienen en cuenta los cuidados
adecuados, se puede volver a manifestar tras un tiempo.
Así pues, además de asegurar
una óptima higiene oral con el uso de los productos recomendados, es primordial
acudir de manera periódica donde el periodoncista. El profesional podrá
orientar hacia buenos hábitos de higiene e intervendrá con una limpieza o
profilaxis si llegase a ser necesario.
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