Por Julio César Rivas
Toronto (Canadá).- El incendio forestal que ha consumido ya 156.000 hectáreas de bosque boreal en el noroeste de Canadá sigue fuera de control y creciendo, según reconocieron hoy las autoridades, que expresaron su impotencia ante la magnitud del desastre.
El incendio, ayudado por las inusuales condiciones meteorológicas que experimenta la provincia de Alberta, donde prácticamente no ha llovido en los dos últimos meses y este sábado se esperan temperaturas de hasta 28 grados centÃgrados, podrÃa alcanzar hoy las 200.000 hectáreas, el doble de la superficie de ayer.
La única buena noticia para las autoridades canadienses es que los vientos están empujando las llamas hacia el noreste de la provincia de Alberta, alejándose de los principales centros poblados de la región.
Las llamas llegaron hoy a las cercanÃas de instalaciones de extracción de crudo situadas en el norte de Fort McMurray, lo que podrÃa reducir aún más la producción de petróleo, la principal actividad económica de esta región, el corazón del sector petrolÃfero canadiense.
Los trabajadores de estas instalaciones, de la compañÃa Syncrude, fueron evacuados ayer "para asegurar la seguridad de nuestro personal y la integridad de las operaciones", informó la empresa.
Chad Morrison, encargado de la prevención de incendios forestales de Alberta, explicó hoy que no prevé que las instalaciones petrolÃferas sufran daños, porque están bien preparadas para resistir y cuentan con sus propios sistemas contra incendios de elevada capacidad.
Durante una rueda de prensa hoy, la primera ministra de Alberta, Rachel Notley, reconoció con impotencia que hay poco que pueden hacer los centenares de bomberos que están batallando contra las llamas en Fort McMurray y los otros 48 incendios forestales que existen en la provincia.
"Este incendio está lejos de estar bajo control", señaló Notley.
También hoy, el ministro de Seguridad Pública de Canadá, Ralph Goodale, calificó al incendio como una "bestia", "impredecible y peligroso" ante las condiciones meteorológicas que existen en la provincia de Alberta.
Mientras se espera la llegada de lluvia para ayudar a las tareas de los equipos contra incendios, las autoridades están centradas en terminar la evacuación de los desplazados que el martes y miércoles tuvieron que refugiarse al norte de Fort McMurray, cuando la ciudad de alrededor de 70.000 habitantes fue desalojada.
Parte de los evacuados, unos 25.000, se trasladaron al norte de Fort McMurray, en los campamentos para los trabajadores del sector petrolÃfero, porque las llamas habÃan cortado la ruta de escape sur de la ciudad hacia los principales centros urbanos de Alberta, las ciudades de Edmonton y Calgary.
Este viernes las autoridades iniciaron la evacuación de esas 25.000 personas hacia el sur de la provincia de Alberta, fuera de la zona del incendio y donde existen más infraestructuras para proporcionar servicios a los damnificados.
Goodale declaró hoy que unas 7.500 pudieron atravesar ayer Fort McMurray, una ciudad fantasma en la que solo permanecen unos 200 bomberos para proteger sus infraestructuras esenciales, en convoyes de automóviles escoltados por la PolicÃa Montada.
Además, otras 12.000 personas han podido ser evacuadas por vÃa aérea, explicó Notley.
Las autoridades confÃan en que las condiciones permitan hoy la evacuación del resto de desplazados que quedan al norte de Fort McMurray.
Mientras, en Fort McMurray la PolicÃa Montada prosiguió hoy buscando casa por casa para asegurarse de que todos los habitantes han abandonado la ciudad.
La PolicÃa encontró ayer a algunos residentes que han ignorado la orden de evacuación porque "no piensan que existe peligro".
Las autoridades solo tienen constancia hasta el momento de dos muertes relacionadas con el incendio: dos jóvenes que fallecieron el miércoles en un accidente de tráfico cuando escapaban de Fort McMurray.
Toronto (Canadá).- El incendio forestal que ha consumido ya 156.000 hectáreas de bosque boreal en el noroeste de Canadá sigue fuera de control y creciendo, según reconocieron hoy las autoridades, que expresaron su impotencia ante la magnitud del desastre.
El incendio, ayudado por las inusuales condiciones meteorológicas que experimenta la provincia de Alberta, donde prácticamente no ha llovido en los dos últimos meses y este sábado se esperan temperaturas de hasta 28 grados centÃgrados, podrÃa alcanzar hoy las 200.000 hectáreas, el doble de la superficie de ayer.
La única buena noticia para las autoridades canadienses es que los vientos están empujando las llamas hacia el noreste de la provincia de Alberta, alejándose de los principales centros poblados de la región.
Las llamas llegaron hoy a las cercanÃas de instalaciones de extracción de crudo situadas en el norte de Fort McMurray, lo que podrÃa reducir aún más la producción de petróleo, la principal actividad económica de esta región, el corazón del sector petrolÃfero canadiense.
Los trabajadores de estas instalaciones, de la compañÃa Syncrude, fueron evacuados ayer "para asegurar la seguridad de nuestro personal y la integridad de las operaciones", informó la empresa.
Chad Morrison, encargado de la prevención de incendios forestales de Alberta, explicó hoy que no prevé que las instalaciones petrolÃferas sufran daños, porque están bien preparadas para resistir y cuentan con sus propios sistemas contra incendios de elevada capacidad.
Durante una rueda de prensa hoy, la primera ministra de Alberta, Rachel Notley, reconoció con impotencia que hay poco que pueden hacer los centenares de bomberos que están batallando contra las llamas en Fort McMurray y los otros 48 incendios forestales que existen en la provincia.
"Este incendio está lejos de estar bajo control", señaló Notley.
También hoy, el ministro de Seguridad Pública de Canadá, Ralph Goodale, calificó al incendio como una "bestia", "impredecible y peligroso" ante las condiciones meteorológicas que existen en la provincia de Alberta.
Mientras se espera la llegada de lluvia para ayudar a las tareas de los equipos contra incendios, las autoridades están centradas en terminar la evacuación de los desplazados que el martes y miércoles tuvieron que refugiarse al norte de Fort McMurray, cuando la ciudad de alrededor de 70.000 habitantes fue desalojada.
Parte de los evacuados, unos 25.000, se trasladaron al norte de Fort McMurray, en los campamentos para los trabajadores del sector petrolÃfero, porque las llamas habÃan cortado la ruta de escape sur de la ciudad hacia los principales centros urbanos de Alberta, las ciudades de Edmonton y Calgary.
Este viernes las autoridades iniciaron la evacuación de esas 25.000 personas hacia el sur de la provincia de Alberta, fuera de la zona del incendio y donde existen más infraestructuras para proporcionar servicios a los damnificados.
Goodale declaró hoy que unas 7.500 pudieron atravesar ayer Fort McMurray, una ciudad fantasma en la que solo permanecen unos 200 bomberos para proteger sus infraestructuras esenciales, en convoyes de automóviles escoltados por la PolicÃa Montada.
Además, otras 12.000 personas han podido ser evacuadas por vÃa aérea, explicó Notley.
Las autoridades confÃan en que las condiciones permitan hoy la evacuación del resto de desplazados que quedan al norte de Fort McMurray.
Mientras, en Fort McMurray la PolicÃa Montada prosiguió hoy buscando casa por casa para asegurarse de que todos los habitantes han abandonado la ciudad.
La PolicÃa encontró ayer a algunos residentes que han ignorado la orden de evacuación porque "no piensan que existe peligro".
Las autoridades solo tienen constancia hasta el momento de dos muertes relacionadas con el incendio: dos jóvenes que fallecieron el miércoles en un accidente de tráfico cuando escapaban de Fort McMurray.
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