PROGRESO, Honduras — Berta Cáceres tenÃa las llaves de la casa del padre Melo. Si pasaba por la ciudad de Progreso se quedaba en alguno de los cuartos vacÃos en el hogar del sacerdote.
Del asesinato de Cáceres, sucedido el 3 de marzo de 2016, el sacerdote aprendió una lección. Dice que en Honduras se aplica a rajatabla la “ley de la muerte”: una condena contra los opositores al modelo “extractivista”. Los que no se dejan comprar por las empresas o los partidos polÃticos son condenados.
Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras protestaron a inicios de este mes por el asesinato de la lÃder ambientalista Berta Cáceres sucedido en marzo de 2016.CreditGustavo Amador/European Pressphoto Agency
El más reciente de sus muertos se llama Carlos MejÃa Orellana, quien tenÃa 35 años y fue asesinado en su casa la noche del 11 de abril de 2014. Era el encargado de vender los espacios publicitarios de Radio Progreso.
MejÃa era homosexual y acaso por eso las autoridades se apresuraron a decir que se trataba de un crimen pasional, aunque era uno de los 16 trabajadores de Radio Progreso que estaba protegido con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por las amenazas que habÃa recibido.
La noche del 15 de diciembre de 2016, Moreno organizó una cena en su casa. El menú fue sencillo: pollo frito, costillas de cerdo en salsa barbacoa y yuca frita. Era la comida rápida de un restaurante del barrio. “A menos que ocurra algo extraordinario, el próximo presidente se llamará Juan Orlando Hernández”, sentenciaba el sacerdote.
La Constitución de Honduras prohÃbe la reelección. Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le despejó el camino a Hernández para volverse a presentar a elecciones. Desde abril de 2015, la Corte Suprema declaró que prohibir la reelección era contrario a los derechos humanos y tratados internacionales. En octubre de 2016 los miembros del TSE ratificaron esta decisión por unanimidad.
Y el 14 de diciembre, un dÃa antes de esta cena, Juan Orlando Hernández declaró que sÃ, que se postularÃa para otro mandato. Por tener las mismas ambiciones, el presidente Manuel Zelaya fue derrocado en 2009.
El sacerdote prosiguió: “Solo la alianza con los sectores con los que coincidimos en la construcción de propuestas alternativas al sistema capitalista es lo que nos protegerá. No tenemos ningún otro camino, bendito sea Dios, más que fortalecer la identidad de hace muchos años y en eso tenemos que empeñar el compromiso hacia adelante”.
“Hay que prepararnos para el futuro que viene: la democracia autoritaria avanzará a una propuesta dictatorial”, dijo Moreno Coto en una reunión de lÃderes comunitarios hondureños, el 17 de diciembre de 2016.CreditRadio Progreso
El mitin
Moreno Coto ha sido una figura recurrente en las reuniones de lÃderes comunitarios. El 17 de diciembre, en la conmemoración del aniversario de Radio Progreso, sostuvo un encuentro en el auditorio del ERIC en Progreso con activistas que viajaron desde poblaciones tan lejanas como San Francisco de Opalacas, Santa Rosa del Aguán y Tegucigalpa para escuchar su mensaje.
O con Aurelia Arzú, de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANH), que acusaba al gobierno de impulsar megaproyectos turÃsticos en playas como la bahÃa de Tela, que han sido el sustento de los garÃfunas.
Moreno le pidió a los dirigentes no desviarse hacia luchas electorales, no agotarse en batallas locales carentes de perspectiva nacional y no consumirse en protagonismos. Era el discurso de un dirigente polÃtico. En más de media hora de alocución nunca invocó a Jesucristo o a la Virgen MarÃa.
Pero un poco antes de terminar les recordó que era un sacerdote y debÃa ir a celebrar la misa funeraria de una compañera fallecida, cedió el micrófono y salió a paso veloz.
Miembros de la policÃa militar resguardan a los estudiantes de la escuela Maximiliano Sagastume, ubicada al norte de Tegucigalpa, el 17 de marzo de 2017. CreditOrlando Sierra/Agence France-Presse -- Getty Images
Moreno nació el primero de enero de 1958. Tiene 59 años y se ha convertido en un hombre de cara redonda, cabello cortado al ras, bigote gris, ojeras profundas y una prominente barriga de comedor de carnes, pollo frito, tajadas de plátano maduro y baleadas (una quesadilla de trigo, frijoles y queso).
El padre Melo no mira hacia 2017 sino a 2021, cuando Honduras celebrará el bicentenario de su independencia. Promueve la creación de un programa de nación llamado SoberanÃa 2021, una agenda de lucha para enfrentar lo que define como la potencial “dictadura personalista” del presidente Hernández.
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