
Los médicos tardaron alrededor de una semana en darse cuenta de que estaban enfermos de malaria, una remota posibilidad que nadie había considerado porque ni habían viajado a una zona endémica, ni habían recibido transfusiones de sangre ni reutilizado jeringuillas potencialmente contaminadas.
Lo que tenían en común es que vivían en la misma zona residencial, a unos 2 km del Aeropuerto Internacional de Túnez-Cartago.
Después de hacer una investigación entomológica en el barrio y comprobar que no había mosquitos Anopheles, portadores del mal, los expertos concluyeron que sólo podía tratarse de un caso de "malaria de aeropuerto".
Contagios improbables
Este tipo de contagios está causado por la picadura de mosquitos infectados con malaria que llegan a bordo de aviones y maletas desde países donde esa enfermedad es endémica.Cuando las condiciones atmosféricas locales son cálidas y permiten su supervivencia, estos mosquitos pueden picar a trabajadores del aeropuerto o a residentes de zonas próximas. Pero los cuadros clínicos que presentan estos pacientes suelen desconcertar a los médicos y, como en el caso de los tunecinos, el diagnóstico suele ser tardío.
La mayoría de los pacientes infectados trabajaban o vivían cerca del aeropuerto y los contagios tuvieron lugar en los meses de verano.
Los mosquitos infectados que salen del avión y sobreviven pueden dispersarse bajo condiciones favorables de viento hasta 15km. También pueden alejarse aún más en vehículos y equipajes.
En un caso extraño en Francia, en 1999, se comprobó que el mismo mosquito había contagiado a tres personas distintas.
Las "lecciones" de Túnez
Por otro lado los autores destacan la importancia de desinfectar eficazmente los aviones que llegan de zonas endémicas, así como, de manera preventiva, eliminar o desinfectar los potenciales hábitats para los mosquitos en las cercanías de los aeropuertos internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario