Por lo tanto, los gobiernos de los países en vía de desarrollo, como el de R. Dominicana, están más que obligados a despabilar sus ejecutorias para establecer efectivas prioridades en las políticas económicas, sanitarias y educativas, a los fines de colocar un correcto torniquete para evitar el descontento y las protestas sociales que podrían convertirse en peligrosas pobladas.
Es menester que el gobierno del PRM-Abinader entienda que los errores que se están cometiendo con sus improvisaciones en el ámbito de la economía se transfieren directamente contra las expectativas sociales y políticas de la población que podrían inducir a imprevisibles reacciones.
Por lo anterior es oportuno reiterar la exhortación al gobierno del PRM-Abinader a estudiar las consecuencias sociales y políticas de los errores económicos que cometieron los gobiernos perredeistas de Jorge Blanco (1982-86) e Hipólito Mejía (2000-2004).
Ambos gobiernos afectaron la economía del país con garrafales errores económicos: inestabilidad cambiaria y devaluación de la moneda a tal extremo que sus gestiones terminaron con elevadas inflaciones, alcanzando índices de precios al consumidor (IPC) por encima del 35 % y 55 %, respectivamente.
Esos errores económicos produjeron diferentes problemas sociales: aumentos de la pobreza, del desempleo, frecuentes protestas, la poblada de 1984 con destrucciones de propiedades públicas y privadas, cientos de presos, heridos y muertos.
Mientras que las consecuencias políticas se proyectaron al impedir la continuación del PRD en el poder, rehabilitación política del Dr. Balaguer para 10 años consecutivos de gobierno (1986-1996) y facilitaron el retorno al poder del PLD por 16 años consecutivos (2004-2020).
La economía durante los gobiernos del PLD se caracterizó por la estabilidad macroeconómica, el crecimiento sostenido del PIB en un promedio del 6 % anual y un positivo control de la inflación, siempre por debajo del 5 %.
En cambio, el gobierno del PRM-Abinader, antes de cumplir los primeros 100 días, ha cometido varios errores en sus ejecutorias económicas. Sus improvisaciones están induciendo a un preocupante incremento en el IPC de los principales productos de la canasta familiar, con una incipiente inflación, afectando a sectores populares y de clase media (ubicados en los quintiles 1, 2 y 3 de la economía).
Es propicia la ocasión para recordar el importante papel que, recientemente, jugó la clase media en el tsunami político que sacó al PLD del poder. Ese mismo ímpetu y sentimientos que usó un sector de la clase media en las pasadas elecciones se podría reactivar con igual o mayor empoderamiento si le tronchan sus expectativas y pierden la confianza en el gobierno del PRM-Abinader, razón por la cual urge que se proceda a superar, antes de que sea tarde, los errores en la ejecución de la política económica que se están cometiendo.
Porque los errores económicos de los gobiernos se convierten en horrores, convulsiones y hasta pobladas que se cobran mediante facturas políticas, en el momento menos esperado. ¡Aprendamos la lección que nos brinda la historia!
1ro. de noviembre del 2020.
Por Juan López
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